sábado, 5 de junio de 2010

Capítulo III

Capítulo III: Un bosque algo misterioso

El sol comenzaba a alzarse tras los montes que se veían a lo lejos desde el internado, pero apenas se veían los primeros haces de luz. Dave se levantó temprano para ir a sacar a Kio a dar un paseo por los prados que aun continuaban muy verdes y bien cuidados, a pesar del calor y del simple desgaste; los jardineros contratados parecían haber realizado un buen trabajo durante el verano cuidando de las plantas y demás seres herbáceos del internado. Se levantó de su cama y vio a su compañero de habitación todavía durmiendo debajo de las sábanas, por lo que no le podía ver el rostro; no había mantenido conversación con él, ya que había llegado el día anterior, probablemente mientras él dormía. Se dirigió al baño, en donde se acerco al lavabo; se miró en el espejo y apenas se distinguía por la sobadura que llevaba encima. Se lavó la cara con agua fría y se quitó las legañas, ahora ya estaba algo más despierto. Cerró el grifo y se secó la cara con la toalla amarilla que colgaba del sujeta-toallas.

-Kio, vamos-dijo mientras regresaba al interior de la habitación. Entonces vio una escena un tanto extraña.

-Aaah sí, Sasha, así-gemía su compañero de habitación en sueños. Dave estaba anonadado ante la situación, pero cogió a Kio por el collar, y finalmente dejó de lamer el “aparato” de su compañero de habitación.-Sasha, ¿a dónde vas? No me dejes así…

-Perro malo-dijo Dave dándole un golpe suave en el hocico a Kio.-Eso no se hace, y menos sin invitar-dijo entre risas y dejando a Kio en el suelo.-Venga vam…-No terminó de abrir la boca y sonó el sonido que tenía puesto en el móvil para recibir los mensajes.

“David, supongo que ahora mismo vas a ir a pasear a tu perro (es la hora a la que sueles hacerlo), así que me gustaría que me hicieras un favor. Abre tu ordenador e instala el programa que te he enviado por correo; ya está configurado y todo así que solo instalalo y sigue mis instrucciones, te hablaré a través del sistema de comunicación que instalamos cuando estuviste aquí antes del verano.

Tu padre”

-…Ya empezamos con los trabajitos..Además, con eso de “tu padre”, ¿se estaba metiendo conmigo?-dijo suspirando a la vez que iba a por el ordenador.-Un momento Kio, ya nos vamos. No, no te vuelvas a acercar a él-dijo viendo que se acercaba a su compañero de habitación. Dave abrió el portatil y se metió en su cuenta de correo; descargó el paquete de archivos que su padre le envió y lo instaló ipso facto. Entonces abrió el sistema de comunicación que su padre le dijo y contactó con él.-¿Qué es lo que quieres papá?-dijo bajito para no despertar al dormilón.

-¿Estás ya paseando a Kio?

-No…

-Pues entonces cierra el programa y ve al bosque con el portatil. Cuando estés allí vuelve a llamarme-dijo serio.

-¿Pero que pasa?-preguntó Dave algo extrañado ante la actitud seria de su padre.

-Te lo diré una vez que estés en el bosque-dijo colgando.

-¿Qué coño querrá…?-dijo con un tono que mostraba preocupación. Nunca había visto a su padre así de serio.-Bueno…Habrá que hacerle caso…Vamos Kio-el perro respondió con un suave ladrido y siguió al joven, que estaba echandose el portatil a la espalda, a través de la puerta.

Dave no vio a nadie en los pasillos del colegio ni en la entrada, debían estar todos durmiendo todavía. Una vez en el jardín oteó el horizonte y se quedó algo cegado por esos primeros rayos del sol. Mientras iban para el bosque, Kio iba dando saltos y meando y realizando sus labores perrunas por todos lados mientras movía el rabo y jadeaba.

Ya estaban a las puertas del bosque: En el interior del bosque parecía reinar la máxima tranquilidad, sin ruidos apenas el deslizar de alguna culebrilla o el ulular matutino de algún ave; además, los árboles, cuyas ramas estaban plagadas de hojas, impedían a la luz del sol filtrarse a través de ellas, aunque se podía ver con claridad el interior del bosque, si no fuese por la gran cantidad de troncos, ramas y arbustos que impedían la visibilidad de este. Dave dio un paso hacia adelante encendiendo el portatil mientras Kio iba meando la base de las raíces de todos y cada uno de los árboles a los que se acercaba; llamó a su padre y encendió el programa.

-Ya estoy en el bosque, ¿qué es lo que quieres?

-No hay nadie por ahí, ¿no?

-Em…No-dijo mirando alrededor.-A estas horas la gente suele dormir.

-Vale. Pues verás, un satélite nuestro ha estado recibiendo ondas un tanto extrañas desde hace un par de días, y estas ondas procedían de algún lugar del interior del bosque. Me gustaría que activases el programa que te he enviado y lo utilizases para encontrar la fuente de esas ondas.

-Vaaaale…-dijo tecleando en el ordenador. En el programa salieron muchas pantallas con datos.-No parece que haya nada extraño…Excepto…los biorritmos están elevadísimos en varios puntos del bosque…o eso pone aquí…

-Mmm…¿Estás seguro, David?-dijo con aire misterioso.-Pasame los datos para que pueda comprobarlos, de momento ya has cumplido.

-Pero, ¿qué es lo que pasa? No entiendo nada.

-No pasa nada, sigue con tu paseo como normalmente. Hasta luego-dijo su padre colgando.

-…¿Qué demonios le pasa?-entonces oyó un ruido en el bosque.-Habrán sido las hojas-pensó. Entonces vio a Kio temblando y mirando al bosque.-…¿De qué tienes miedo? Ha sido un simple ruido…Bueno, vamonos ya…-dijo cerrando el portatil y guardándolo en la mochila.


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Ya había despertado todo el mundo cuando Dave regresó con Kio al edificio (era casi la hora de comer, el programa de su padre le había llevado más tiempo del que pensaba) y tanto los pasillos como los jardines estaban llenos de vida y de jaleo. Se dirigió a su habitación sorprendiéndose de la gran cantidad de alumnos que veía; era el último día antes de comenzar las clase y ya habían llegado todos los alumnos, pero eran más de los que se podía imaginar que ocuparían el internado durante el curso. Ya de vuelta en la habitación, dejó a Kio para que durmiese (estaba cansado después de la caminata) y vio que su compañero todavía seguía durmiendo entre las sábanas.

-Qué cojones…¿Cuánto tiempo más piensa dormir este…? Bueno, me da igual, me voy. Kio, no le hagas nada raro, tú a dormir-le dijo mientras veía a Kio bostezar y poner la cabeza encima de sus patas flexionadas.-En fin, voy a ver si como algo…-dijo saliendo por la puerta. Giró a la derecha para dirigirse al comedor y entonces vio a una chica de pelo negro liso bastante largo que le llegaba hasta más debajo de la espalda apretando esta contra la pared con fuerza mientras intentaba retroceder aún más, lo que le era imposible ya que la pared se interponía en su camino.-Esto…¿Te pasa algo?

-Cu-cu-cucucucucaracha-tartamudeó la joven sin despegar la vista del suelo y señalando a una mancha marrón que había en el suelo. Cuando Dave se acercó vio que era una cucaracha.

-¿Te da miedo esto?-dijo cogiéndola con los dedos. La joven afirmó con la cabeza muy rápido varias veces seguidas, Dave suspiró y lanzó la cucaracha hacia atrás por encima de su hombro.-Ya está, se fue.

-…Gr-gracias-dijo sin creerse que hubiese sido capaz de “salvarle la vida” como estaba pensando ella.-Puedo…¿saber cual es tu nombre?

-Dave, ¿y el tuyo?

-Momoka…Momoka Jung…

-Bueno, un placer, voy a ver si desayuno algo-dijo a modo de despedida, dándose la vuelta.

-E-espera, te acompaño-dio un paso y le rugió fuertemente el estómago. Dave se rió suavemente y aceptó. Una vez llegaron al comedor se encontró con Zack comiendo a más no poder, Nathan leyendo y comiendo de vez en cuando y Adhara aburrida ya que no estaba “su Alex” a su lado, el cual había puesto como excusa que no quería comer y que se iba a hacer deporte, pero lo más seguro es que quisiera estar un rato tranquilo sin Adhara; esta, tenía la cabeza apoyada en las manos y balanceaba las piernas en el aire. Decidió sentarse a su lado.-¡Hola!-Nathan le miró y devolvió la mirada al libro y Zack pareció saludar mientras engullía la comida aunque la verdad es que no se pudo entender mucho si era un saludo o simplemente ruidos que hacía al comer.

-Hola. ¿Quién es esta?-dijo Adhara con aire desinteresado.

-Se llama Momoka…Momoka esta es…-cuando se giró para presentarlas vio que donde estaba Momoka ahora solo había aire. Entonces la vio mirando a Nathan de cerca y dando vueltas a su alrededor, el cual la estaba mirando de reojo, no quería mirarla directamente.

-¿Qué estás…haciendo…?-preguntó Nathan.

-Estaba viendo…¡Qué estás muy bueno!

-Mi filete está más bueno-pensó Zack para sí mientras se tragaba otro bistec.

-Bueno, de hecho, estás bueno, excepto que no eres asiático, ¡si fueses asiático ya lo clavabas!-dijo Momoka.

-Em…tú estas buena ¿excepto que no?-entonces Zack abrió mucho los ojos y dejo de comer el filete y Adhara le miró con cara de mala ostia.

-Ese…es el insulto…más ruin, y sin fundamento…que has hecho…

-Bueno, no se me ocurría nada, ¿vale? Dejadme en paz…

-Disculpate-le obligó Adhara.

-Sí, sí, lo sieeeeento.

-Es igual, estás bueno, se te perdona-cuando Momoka dijo eso y vieron que no era broma, Zack, Adhara y Dave suspiraron. Mientras tanto un chico pequeño de unos 7 años pasó por detrás cantando con alegría: “Volver a empezaaaaar, otra vez”.

-O le calla alguien para que deje de cantar eso o me lo cargo-dijo Zack cogiendo el cuchillo que chorreaba salsa de los bistecs.

-Solo es un niño pequeño, dejale vivir, no sabe lo que dice-dijo Adhara haciendo un poco de teleteatro.

-Es igual, debe morir-dijo con una cara sombría.

-No, vais a morir los dos como no os calléis-dijo Nathan.-Y ahora mismo voy a pedir una orden de alejamiento para esta-dijo al ver que no se había separado de él ni un milímetro. Mientras tanto Dave estaba perplejo ante la incongruencia de la conversación que mantenían, pero aun así se lo pasaba bien, le resultaban curiosos estos amigos que le habían “tocado”, pero se sentía feliz.

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Los 5 jóvenes disfrutaron de sus últimas horas de libertad antes de volver a la tediosa rutina de asistir a clase y estudiar a diario para los exámenes (aunque todos sabemos que no es así, siempre se estudia el último día). Cuando el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, dejando paso a la luna para reinar sobre el cielo, decidieron ir a descansar, ya que al día siguiente tendrían que despertarse pronto para acudir a su primera clase.

Dave al llegar a la habitación oyó ruidos y abrióo la puerta corriendo. Entonces se encontró a un chico seco de pelo blanco y ojos anaranjados discutiendo con Kio; dirigió una mirada a la cama y vio que ya no estaba su compañero durmiendo, por lo que dedujo que ese chico era su compañero.

-¡No intentes pelear contra mí!¡Soy más fuerte que tú!-le gritaba a Kio que estaba sentado en el suelo mirandole y jadeando mientras movía la cola de un lado para otro como si estuviese feliz a más no poder.

-…(¿Qué cojones…?) Em…Tú debes de ser…mi compañero de habitación, ¿no? Soy Dave, encantado.

-¿Eh? Mi nombre es Keiss Connor. ¿Es este tu perro? Dile que deje de amenazarme.

-Venga, mañana nos vemos, buenas noches-dijo Dave metiéndose en la cama y pasando de él.

-Pe-pero…el perro…Es igual, no te acerques a mí-le dijo amenazante al perro que seguía en su mundo de alegría mientras fruncía el ceño y le señalaba con un dedo. Entonces se metió entre las sábanas de su lecho y comenzó a dormir. Los dos jóvenes descansaron hasta que sonase el despertador indicando el comienzo de su nuevo año escolar.

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Creo que este capítulo no me ha quedado tan guay, pero bueno, es mi sensación, espero que os guste igualmente. Continuaré lo más pronto que pueda, y a ver si termino los globales y puedo escribir más a menudo. Sorry por la tardanza^^u.

2 comentarios:

  1. ñiñiñiñi XD pobre nathan XDDDDD

    y como que "da igual, esta bueno"... me la cargo!

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  2. todas salidas, todas salidas... xD

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